15 dic 2008

5: Cóctel Paraiso
Una de tantas noches porteñas me arrastró a querer ser una idiota. Y así lo digo, porque lo fui, fui la peor idiota imaginable. Salí de mi casa una noche, con la excusa de tener que ir a ver a una compañera por un trabajo, y así evitaría la comida. Hacían ya 4 días sin comer nada, excepto esa sopa diet que con asco y ganas de tirarla la tomé. A pocas cuadras me iba a encontrar con Maru y Cande, dos chicas que eran & son amigas mías. Me habían caido muy bien, encima no hacian ninguna pregunta estúpida acerca de mi cuerpo, de cuanto comía o de como era mi vida cuando era más chica. Alivio. Fuimos caminando hasta Las Heras y ahí nos tomamos un taxi
hasta el lugar en donde habiamos arreglado ir a bailar. La verdad es que es algo que me gusta, salir y despejarme. Sabía que hasta la otra mañana a mis papás no les iba a preocupar de que no llegara, total, yo no era de esas que perdían la cabeza en una noche, pero en estos tiempos me podía pasar cualquier cosa. A esa altura me importaba un comino lo que pasara por mi cabeza, ya le había tomado DEMASIADA confianza a esta gente. Estábamos once y media de la noche en la puerta esperando a un amigo de las chicas. Yo me senté en el cordón y me quedé ahi un rato largo mirando la situación que acontecía en la vereda de enfrente. Un grupo de chicos
y chicas mucho mas grandes que yo estaban ahí, sentados al cordón, exactamente como yo, tomando gritando y fumando. pensé en la mala imagen que daría si hubiera estado en sus zapatos, o zapatillas. Yo siempre había sido la chica modelo, esas que siempre tienen
todo perfecto y las mejores notas. Siempre había tenido el peso de que mi mamá fuera demasiado exigente, o por ahí que todos los padres me tomaran como ejemplo para sus hijos. En mi corta edad había absorbido envidia y odio de casi todos mis compañeros.
Siempre era la que se quedaba con las medallas de mejor promedio en los actos. Pero tengo que decir, que a los 11 años era un honor.
Después me elijieron para portar la bandera. Y otras cosas que cuando entré de la mano con Ana al aula el primer dia de clase, se fueron borrando de mí. Dejé de ser todo lo que alguna vez había alcanzado. Lo era, exteriormente, pero interiormente había tenido
carencia de muchas cosas. Mi exterior era completamente distinto a lo que yo era. O algo así. Pero la pertenecia a mi alma según mi cuerpo jamás había sido homogénea. Y así vivo hasta el día de hoy, en una mentira que por más pequeña que parezca es enormemente grande. Prefiero usar mi capacidad intelectual para otras cosas, cosas que a mí me sirvan. Basta de medallas dije, y bueno, es lo que tuve. Volviendo a la triste imagen de esos chicos, uno me miró
- Cheta, toma vino cheta - me gritó. 15 años. 15 años tengo. 15 años para arruinarme de cualquier forma menos siendo alchólica. No, gracias.Me paré y ahí estaba el amigo de mis amigas. Qué amigo eh. Un flaco de 30 años masomenos,con una cara de delincuente peor que la
de todos esos malvivientes que te persiguen ni bien ven que usas zapatillas de marca. No tenía de lo que se dice miedo, pero no sabía nada de él. A decir verdad, soy una flaca ( no lo digo por la imagen corporal claro) que le tiene desconfianza hasta a el diariero. Y bueno, ahora se bien que aunque no conozco a muchas personas ( mis horizontes de sociabilidad todavía estan inexplorados) tendría que conocer un poco más antes de abrir la boca. El tema era que cuando ví que Cande sacó plata de su bolsillo y se la dio a este energumen, me asusté. No sabía, no entendía nada. Eran mis dos amigas las que hablaban con el tipo, el tipo que podía sacar un arma
y hacerme el favor de matarme, o hacerme llorar como una pendeja de seis años. No sabía nada. Cuando cruzó la calle corrí a mis dos compañeras de ruta y les pregunté quien era ese tipo.- Un amigo Mer, un amigo nuestro- me dijeron.Claro, un amigo. No me chupaba ni me chupo el dedo todavía como para comprender las ironías de la gente. Soy inteligente, soy inteligente a niveles desmedidos. Pero estoy enferma, eso me hace apagar la luz. Candela se acercó a mi y de forma violenta me dio un sobre.
- Ahora esto se lo mostrás al chabón de la entrada-
Ni bien lo abrí me di cuenta de mi fracaso. Uno de los tantos que sumé a mi colección. Un documento. Un DNI que no era el mio.Agustina Gonzalez. Así decía el documento. Y tenía mi foto. Cambié completamente de identidad esa noche. Ya no era mas Mery, era
Agustina. Pensé en las irrebocabilidades que me daría ser otra persona por una noche. Pero no quise. jamás había mentido con mi nombre, jamás había dicho ser otra persona, aunque lo desease. Pero era de cobardes arrepentirse. Era de cobarde, mejor dicho, haber
dicho " Bueno, dale, hagámoslo" en vez de pegar media vuelta y pedirme un taxi a casa. Una chica de Palermo atrapada en ese lugar de no soy yo. Ahí comenzó mi ronda de idioteces y algo más. . Mi familia me había educado bien, pero sin embargo lo hice. Hice de mi
una chica rebelde y desobediente. Que rico sabor tenía. Que asqueroso momento iba a pasar. Me hice pasar por una chica de 18 años. Gracias a Dios, tengo una altura que me permite hacer creer la edad que yo quiera. Era 1.73 cm de engaño, que entró en un bar porteño. La gente estaba agolpada cerca de las barras, yo me aislé una vez más, y con las chicas nos sentamos a un pie del baño, en un "living". Jamás en mi vida había hecho tal cosa, pero quién se iba a enterar? Bueno, eso mejor ni lo digo. Ya a las 00.00 hs. la cosa pintaba mejor. Más gente, pero ninguna de mi edad. Yo ahí me sentía como una gota de lluvia más de la nube. Me sentía rodeada de gente grande, de esos que se me ocurrió alguna vez decir viejos. No respondo a ese seudónimo de " eu
che" así que las veces que me lo hayan gritado, lo habré tomado como " eu chica". Chica. Era chica para todos esos. Pero nadie lo notó. Ahora era Agustina Gonzalez. 18 años... y que más?. Mientras Candela y Maria del Mar buscaban algo para tomar ( Coca Light
les pedí yo) yo me inventaba una historia como Agustina Gonzalez. Recién egresada del colegio podía ser. Uf, a mi todavía me quedaban tres años de torturas. Me sentía grande y libre. Así que era una historia distinta a la mía.Cuando las chicas llegaron a la mesa conté tres tragos, de esos que llamam " CEREBRO" o algo por el estilo. Tres. Cande(uno), Maru
(dos), y el tercero?. Mery.. Mery (tres). No, alchol en mí no. Las chicas me lo reprocharon, y claro, una chica de 15 años alchol no.
Pero ya no tenía 15, tenía 18. Así que por primera vez, antes de haber tomado cerveza, o sidra, esas cosas comunes de chicos adolescentes, me bajé un Cerebro. Tres tragos ya estaban en mí. Se habían burlado de lo que yo era, y ahora no me sentía alguien. Esa noche me fuí mucho antes del lugar, y sentía que Mía se estaba aferrando a mí, esperando llegar y volver a llevarla conmigo.

4 comentarios:

BLONDIETOOP dijo...

princesa, ando un poco apurada, en cuanto puedaaa lo leoo..
cuidateee

Naty dijo...

Aaaah, que loco hacer eso. Me gustaría algun día dejar de ser la chica obediente y demás y hacer eso... aunque que se yo, por ahi lo hago y termino sintiendome re clgada. como vos.
Un beso, espero que estes bien.

Naty dijo...

Sisi, soy de Lanus :O de que parte de lanus sos?

Ayelen dijo...

Hola nena...
Me ecanto leer tu experiencia...
En serio...
Hasta con ganas de saber como termino la noche!
Que paso??
Sabes yo un par de veces tambien me hice mas grande, pero no tenia otro nombre...
NAda mas pasaba con mis amigos mayores y yo ahi...
Pero ojo con que se haga costumbre..
Esta bien disfrutarlo... Una vez... cada tanto...

Un besito nena..
*esperando a que pongas mas*
Cuidate!